Un scout muere porque llegue cada sábado, sabe que es el mejor día de la semana, lleno de fraternidad y aprendizaje.

Un scout muere por alcanzar su máxima insignia, demostrando años de perseverancia y gran espíritu.

Un scout muere por sentarse en un cerro muy alto, después de una larga travesía y sentir que le falta el aire, pero jamás el entusiasmo.

Un scout muere por seguir el legado de un movimiento con más de cien años, y él y ella son parte de esa historia.

Un scout muere por ser el mejor de la clase, el graduado con honores, por ser el mejor hijo; porque los scouts somo íntegros en lo que hacemos.

Un scout muere porque toda su familia sea scout para que le entiendan porque es tan feliz con un morral al hombro, lejos de casa, en el hogar feliz que vive en el campamento.

Un scout muere por crecer y convertirse en dirigente, porque también quiere ser un ejemplo, retribuir lo que ha recibido con amor.

Un scout muere por ser el mejor ciudadano y con el pensamiento libre.

Sentimos profundamente el fallecimiento de nuestro “Jefe” Don Miguel Lasch Feldberg quien entrego gran parte de su vida al servicio de la comunidad, adultos, jóvenes, niños y sus familias. Miguel fue miembro honorario de la AGSCH, Insignia de Madera en Gilwell, pionero del Movimiento Scout en Temuco y a nivel Nacional, y fundador del Grupo Guías y Scouts N°7 Tucapel.

Durante su vida, vivió plenamente los valores y principios de la Ley Guía y Scout y siempre cumplió fielmente su promesa.

El legado de Miguel seguirá presente por generaciones a través de los niños, niñas, jóvenes, hombres y mujeres que lo conocieron y a través de quienes hoy participan del Grupo Guías y Scouts N°7 Tucapel y comparten los valores y principios que él promovió.